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Pau Waelder
“El
mundo de la supermodernidad no tiene las medidas exactas de aquel en el cual
creemos vivir, pues vivimos en un mundo que no hemos aprendido a mirar
todavía.”
(Augé,
2008:42)
A principios de
los años noventa, Marc Augé expresaba con estas palabras la profunda
transformación de nuestra percepción del mundo que introducía la globalización,
con la aceleración de los medios de transporte y la expansión del capitalismo a
todos los rincones del planeta. No hace referencia, en ese momento, a la
revolución de los medios de comunicación que introduce la World Wide Web (aún
en sus inicios) pero identifica lo que denomina como "no lugares" §A, espacios de
tránsito tales como vías rápidas, aeropuertos o centros comerciales, en los que
no existe la identidad del lugar (Augé 2008:41). A finales de la misma década,
Manuel Castells habla ya de una "sociedad red" y un "espacio de
flujos" §B (1997:457), el espacio que define Internet como red de
intercambio de datos entre ordenadores a nivel global. Si Augé ve en el
horizonte una sobreabundacia de no lugares, Castells vaticina un futuro formado
por "un espacio de flujos interconectado y ahistórico, que pretende
imponer su lógica sobre lugares dispersos y segmentados" (Castells,
1997:462). Ambos autores apuntan así hacia una transformación del espacio
(físico y mental) del mundo actual, del tal manera que ya no podemos concebir
el planeta sino como un conjunto de realidades interconectadas y en tránsito
permanente. Tal como afirma Niklas Luhmann, vivimos en una única sociedad
mundial (1997:67).
El concepto de una
sociedad mundial de Luhmann no implica que exista una igualdad de condiciones
de vida en todo el planeta ni tampoco una solidaridad entre sus miembros
(evidentemente, esto no es así), sino que los procesos del sistema global se
aplican de forma indiferenciada en todas las regiones del planeta,
estableciendo mecanismos de inclusión y exclusión. Así, no importa ya tanto la
localización geográfica de una persona como su capacidad para cumplir con los
requisitos del sistema §D. En este contexto, como indica Zygmunt Bauman, la distancia
física deja de tener sentido y se convierte en un producto social: su longitud
varía en función de la velocidad con la que se recorre (2001: 47). Partiendo de
esta idea, Bauman distingue entre la concepción de cerca como aquel espacio
en el que nos sentimos cómodos, en el que sabemos cómo actuar, y lejos como el espacio
que sólo transitamos ocasionalmente, aquel cuyas dinámicas no conocemos y nos
resulta por tanto extraño o incómodo (2001:48). La globalización nos ha acercado el mundo en el
sentido de hacerlo más cómodo, más familiar, y esto se ha conseguido a base de
ignorar las diferencias culturales entre las regiones del planeta e imponer un
estilo de vida homogéneo. Así, en cualquiera de los países llamados
"desarrollados" encontraremos los mismos productos de consumo,
facilitados por las grandes multinacionales cuyos logotipos nos ofrecen un
refugio en aquellos lugares lejanos cuya lengua, cultura y costumbres nos
resultan extraños. Al igual que lo hacen los productos de consumo, la cultura
se globaliza: cine, música y literatura producen títulos exportables a
cualquier país, mientras el arte contemporáneo se define en eventos
internacionales que ocupan los no lugares §A de ferias de arte y salas de exposiciones.
El lugar (o no
lugar), la distancia (entendida como producto social) y el tránsito permanente
son tres de los ejes fundamentales del arte en nuestra era hiperconectada y
globalizada. En el ciclo Hipervincles, Fernando Gómez de la Cuesta§ y yo hemos
invitado a cinco artistas a ocupar la Zona Base del Casal Solleric (lugar
específico y cargado con el peso de su historia y sus usos) con cuatro
propuestas artísticas relativas a la visión de nuestra sociedad mundial,
marcada por estos factores. Las diferencias entre sus planteamientos son la
muestra de un arte que se resiste a ser homogéneo y nos traslada a ese espacio lejano, incómodo tal vez,
que nos enseña a mirar de nuevo y reflexionar.
En Global, Martin John
Callanan§ concibe el mundo como un conjunto de sistemas y un
espacio de flujos. I Wanted to See All of the News from Today (2007) muestra las
portadas de más de 600 periódicos de diferentes países, actualizados de forma
automática cada dia. La obra, accesible en Internet, no pretende facilitar una
información concreta, sino elaborar una elocuente imagen de la saturación de
información a la que nos vemos sometidos. Como señala Jean Baudrillard, la
globalización de la información produce una "total atomización. Lo
neutraliza todo, crea una especie de vacío absoluto" (2005:137). Para el
filósofo francés, este vacío conduce a consumir la información en un "modo
de fascinación" que, entendemos, anula toda capacidad crítica. Callanan
cuestiona a continuación la manera en que se presenta la información en Text Trends (2008) un conjunto
de gráficos que revelan la evolución del uso de determinadas palabras en el
buscador Google. Casi una composición abstracta, la pieza nos permite imaginar
las causas del auge y caída de la popularidad de términos como "tú" y
"yo", "ahora" y "después", o bien
"guerra" y "paz". Los conflictos bélicos que se han
sucedido en los 30 años de vida del joven artista ocupan, en una larga lista de
nombres y fechas, las páginas de Wars During My Lifetime (2013). Centenares
de ejemplares de este particular periódico, publicado con ocasión de la
muestra, se ofrecen al visitante como una reflexión acerca de la transitoriedad
de las guerras (muchas de ellas fronterizas) en un formato destinado a su
propia desaparición. En contraposición a su interés por los flujos de datos §B, Callanan explora
también los lugares físicos en la serie Grounds (2002 - en curso).
El artista toma un gran número de fotografías de los suelos de edificios y
calles en diversas ciudades del mundo, partiendo de las limitaciones impuestas
a la captación de imágenes en centros de poder tales como edificios
gubernamentales o grandes corporaciones. El resultado nos habla así tanto de
los sistemas de control (invisibles pero inamovibles) que definen los límites
de la libertad del individuo, como de la pérdida de identidad de los lugares
físicos, que se convierten en espacios anodinos e intercambiables.
La globalización se
inició como colonización, estableciendo las relaciones de dominación cultural y
política entre los países europeos y el resto del mundo. La dominación española
de las Islas Filipinas, iniciada por Fernando de Magallanes en 1521, forma el
telón de fondo sobre el que se desarrolla el diálogo pictórico de Robert Gutiérrez
y Albert Pinya en Roleplay Colonial §. El artista de origen filipino y el
creador mallorquín escogen este "campo de batalla" para gestar una
obra a cuatro manos en la que sus visiones e influencias culturales se plasman
en estilos radicalmente diferentes pero, a la vez, sorprendentemente
complementarios. La distancia física que los separa habitualmente resulta así
irrelevante en comparación con la lejanía de sus propuestas,
que llevan tanto al espectador como a los propios artistas a un terreno
incierto, en el que la hibridación y la
sátira desarman cualquier certeza. Gutiérrez y Pinya no quieren educar
ni reivindicar, sino exponer los hechos históricos como un flujo de datos,
maleable y editable, en el que las identidades nacionales se disuelven, y la
historia se convierte en una ficción de sí misma.
La identidad de
España, país marcado por su convulsa historia y su papel actual en el mapa
geopolítico, centra el trabajo de Carlos Aires en ES PAIN §. A través de
imágenes del archivo fotográfico de ABC e iconos que hacen referencia a la
historia, el folklore y la cultura del país, Aires elabora una sutil revisión
de las contradicciones de la sociedad española que culmina en un hecho tan
cotidiano como trágico: el continuo flujo de inmigrantes que tratan de alcanzar
las costas de la península en un viaje desesperado y a menudo, mortal. Como afirma Luhmann, la sociedad actual
se basa en un sistema de funcionalidades que excluye a todo aquel que no pueda
cumplir con los requisitos que impone §D. Los inmigrantes se encuentran atrapados en
este mortífero proceso de exclusión al ser considerados superfluos,
"productos residuales" del capitalismo global, en opinión de Zygmunt
Bauman (2007:45). Precisamente, son los residuos de las frágiles embarcaciones
empleadas por los inmigrantes los que sirven a Carlos Aires para elaborar la
pieza central de su propuesta, un suelo de láminas de madera extraídas de las
pateras encalladas en el puerto de Cádiz. Este parquet, símbolo del confort del
llamado Primer Mundo, se construye así sobre el sufrimiento de aquellos que no
pueden acceder al exclusivo modelo de vida de los países industrializados. La
pieza adquiere mayor fuerza cuando el espectador camina sobre ella, ejecutando
así de forma simbólica el control que ejerce la sociedad del Primer Mundo sobre
el destino de los seres humanos que no necesita. Con todo, ¿puede llegar el
momento en que, como anuncia Bauman, "el capitalismo moderno se atragante
con sus productos residuales"? (2007:45).
La historia que
narra Irene
de Andrés en IDEA. Donde nada ocurre § ciertamente hace
referencia a un cierto "atragantamiento", un fallo del sistema, un
espacio en blanco en la industria del entretenimiento. La discoteca ibicenca
Idea, cuya construcción empezó en 1987 (pero nunca llegó a completarse debido a
la falta de permisos), permaneció en un limbo legal durante 24 años, hasta que
en abril de 2011 el Ayuntamiento de Sant Antoni obtuvo el permiso para demoler
la estructura y convertir el solar en un aparcamiento. Durante más de dos
décadas, el espacio coronado por una estructura modular permaneció como un
monumento a las utopías frustradas del boom turístico e inmobiliario que ha marcado
el paisaje de las islas en su integración con la sociedad global de consumo. El
recinto inacabado, lugar de indecisión, se establece como no lugar puesto que
"no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni
como histórico" (Augé, 2008:83). Con todo, finalmente sí tiene una
historia: la que recopila la artista a través de documentos y objetos
simbólicos, que otorgan una nueva presencia, e incluso una cierta personalidad,
a este espacio abandonado. Parte de una serie en la que Irene de Andrés explora
los residuos de la industria del ocio en su Ibiza natal, la historia de la
discoteca Idea se construye a su vez como una red de elementos conectados entre
sí.
Historias
fragmentadas, recopilaciones de datos, ficciones consensuadas, realidades
escenificadas, éstas son algunas de las formas en que se articulan las
propuestas de los artistas que han participado en Hipervincles. En conjunto, su
obra revela la multiplicidad de perspectivas desde las cuales se puede afrontar
la realidad actual, para "aprender a ver" este mundo de conexiones
aceleradas, cuya complejidad supera cualquier intento de racionalización. Y tal
vez, finalmente, no sea una imagen de conjunto lo que necesitamos, sino el
primer hipervínculo, a través del cual iniciar nuestra propia exploración.
REFERENCIAS
Augé,
Marc (2008) Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de
la sobremodernidad. Barcelona: Gedisa
Baudrillard,
Jean (2005). The Conspiracy of Art. Manifestos, Interviews, Essays. Editora: Sylvère
Lotringer. New York: Semiotext(e).
Bauman,
Zygmunt (2001) Globalització. Les conseqüències humanes. Barcelona:
Edicions de la Universitat Oberta de Catalunya.
(2007)Tiempos
líquidos. Vivir en una época de incertidumbre. Barcelona: Tusquets.
Castells,
Manuel (1997) La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Vol.1
La sociedad red. Madrid: Alianza Editorial.
Luhmann,
Niklas (1997) “Globalization or World Society: How to Conceive of Modern
Society?”. International Review of Sociology, Marzo 1997, Vol.
7 Nº1.
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