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SISTEMAS <-> FLUJOS  <-> ESPACIOS

(HIPERVÍNCULOS)

Gómezdelacuesta

Si todos los lugares de la tierra están en el Aleph, ahí estarán todas las luminarias, todas las lámparas, todos los veneros de luz[1]

§Historias fragmentadas, recopilaciones de datos, ficciones consensuadas y realidades escenificadas, éstas son algunas de las estructuras sobre las que se articulan las propuestas de los artistas que han participado en el ciclo de exposiciones (HIPER)vincles. La obra de todos ellos, en conjunto, revela una multiplicidad de perspectivas desde las cuales se puede afrontar la realidad actual para aprender a ver en este mundo de conexiones aceleradas, en este planeta cuya complejidad supera cualquier intento de racionalización. Quizás, finalmente, no sea una imagen global lo que de verdad necesitamos, quizás no precisemos de esa perspectiva omnividente y en parte irreal que se despliega ante nosotros, sino de un primer y sutil (hiper)vínculo, un hilo cualquiera a través del cual iniciar nuestra propia exploración, el inicio de un itinerario que nos hará darnos cuenta de que este mundo está lleno de particularidades y recovecos, de reglas y excepciones, de relaciones, causas y efectos. Cojamos, entonces, algunos de los cabos enmarañados de esta red de redes y comencemos a tirar, veamos hacia donde nos llevan y comprobemos que, seguramente, es el camino que vamos recorriendo lo que de verdad merece la pena. Un proyecto expositivo, hipervinculado y multiconectado a partir de una idea desarrollada conjuntamente  con Pau Waelder§ para la Zona Base del Casal Solleric de Palma de Mallorca.

§1- Sistemas (una multiplicidad más aparente que real)

La utopía, entonces, no se dirige a la realidad pervertida para tratar de cambiarla, si no a los hombres pervertidos que no quieren o no pueden cambiar, y que por ello mismo se hacen responsables de una realidad cuya perversión ni siquiera intentan mejorar[2]

Martin John Callanan§ es un investigador minucioso, un artista consecuente y un explorador analítico que examina los sistemas de relación,§D de comunicación y de información que se dan en este mundo conectado de forma global. Su trabajo se inicia desde la objetividad: una metódica recolección de datos que, en principio, comparecen sin un posicionamiento previo, tan sólo la asepsia de los números, la desafectación voluntaria de una cifra estadística en la obra de un creador que, en un primer momento, parece ser un mero recopilador de esa información descomunal que la contemporaneidad va produciendo. Pero los planteamientos de Callanan son sofisticados desde su deliberada sencillez, el artista acumula y presenta todos estos datos para que sean interpretados por el espectador, sin involucrarse, manteniendo la distancia pero interesándose por el resultado de este experimento sociológico que él mismo ha iniciado. La realidad es que nada es tan neutro como parece, los campos de prueba sobre los que investiga Callanan son el resultado de un concienzudo estudio que pretende dejar en evidencia los desajustes de cada red, los desequilibrios de este entramado de multitud de sistemas, conjuntos y subconjuntos, mientras va poniendo de manifiesto que nuestra capacidad de elección no es tan grande, que el abanico de opciones que se presenta ante nosotros no es tan amplio, y que lo que verdaderamente ocurre es que estamos inmersos en un gran sistema que, bajo el aspecto de libertad y multiplicidad, termina dirigiéndonos por unos caminos, preestablecidos y limitados, que apenas nos dejan salidas.  

Los datos se reúnen por miles en las piezas de Callanan, las obras juegan con la saturación de información a la vez que ofrecen unas mínimas claves para su compresión. A través de una fragmentación máxima, la realidad cotidiana se convierte en una visión segmentada del planeta desde la perspectiva de cada individuo. Barrocas y minimalistas, sus propuestas reflejan las pautas de la experiencia diaria del ciudadano hiperconectado, anclado en su propia localización geográfica, al tiempo que participa de un mundo globalizado que le desborda con la complejidad de su incesante aportación de información parcial.[3] El artista decide resolver este sistema de comunicación basado en el incansable flujo de datos,§B tomando el archivo como forma de relación, asumiendo el acopio para tratar de desentrañar, al menos en parte, la realidad que nos rodea. Por ejemplo, en I Wanted to See All of the News from Today, reúne las portadas diarias de seiscientos periódicos del mundo entero y las muestra en una pantalla, reduciendo los contenidos de cada periódico a una sola imagen, mientras va formalizando un mosaico global, inmediato, inabarcable y completamente ilegible. Un proyecto lanzado en 2007 que ha sido visto por miles de personas, una información desordenada que crea una ansiedad por exceso, un paisaje cambiante del que es difícil extraer un dato concreto, pero también, una visión de conjunto inusualmente reveladora de los tiempos que estamos viviendo.

En Text Trends, Callanan, utiliza los datos de Google para explorar las tendencias de búsqueda de sus usuarios a través del tiempo. Una pieza que presenta las consultas realizadas en forma de gráfico de líneas para combinaciones de palabras como “blanco” y “negro”, "tú" y "yo", "ahora" y "después", "guerra" y "paz" o “verano” e “invierno”, situando nuestra atención en cómo se generan los datos y en qué es lo que realmente representan. Otra pieza que pone en cuestión los sistemas -el gran sistema- y la libertad con la que nos desenvolvemos en él, es el proyecto Grounds: durante varios años, Callanan, se dedicó a conseguir permisos para fotografiar edificios de organismos oficiales, aeropuertos, sedes de bancos y otros centros de poder. Cada permiso incluía una serie de restricciones acerca de lo que se podía y no se podía fotografiar; en la mayoría de los casos estaban prohibidas tantas cosas que, al final, las imágenes resultantes solían limitarse al suelo del vestíbulo, dejando en evidencia, de nuevo, la libertad meramente aparente con la que transitamos por el espacio.§A Por último, en Wars During My Lifetime 1982-2012, el artista repasa sus treinta años de vida por medio de una lista de los conflictos bélicos que han tenido lugar durante este período. Una extraña autobiografía en la que el lapso de tiempo que marca su propia existencia se solapa con una sucesión de nombres de guerras, un cruel listado que se muestra en una edición de mil periódicos de doce páginas, mientras confronta conceptos tan trascendentales como la vida y la muerte en base a la fría asepsia de un flujo de datos completamente objetivo.

§2- Flujos (la información a través de la historia: versiones y perversiones)

Día tras día, somos testigos de la desaparición o relegación de acontecimientos reales que, manteniendo las apariencias de lo real, son, de entrada, objeto de unas manipulaciones que niegan la realidad misma (aunque conserven alguna verosimilitud con ella: eso que Aristóteles llamaba “eikòs”) [4]

La irrupción de los nuevos medios tecnológicos, de las nuevas formas de comunicación, asimilación y experimentación, a la vez que van cambiando las maneras con las que nos desenvolvemos en nuestra rutina diaria, afectan a todos los parámetros de nuestras vidas, a nuestras conexiones, a la forma en que conocemos, sentimos y recordamos, a la manera en la que vamos reconstruyendo y recogiendo nuestra propia historia, a los cimientos sobre los que vamos edificando nuestro futuro. Una realidad -material y virtual- donde el espacio,§A el tiempo y los recursos, se expanden hacia el infinito y se conectan en un magma con tantas posibilidades y niveles de lectura, con tantos problemas y condicionantes, como el individuo quiera, un mundo absolutamente (hiper)vinculado donde todo está interrelacionado. El proyecto Roleplay Colonial de Robert Gutiérrez y Albert Pinya§ fija su punto de mira en los flujos de la historia,§B oficial y oficiosa, en lo que sucedió, en lo que creemos que sucedió y en cómo queda testimoniado, centrando su reflexión en la evidencia de que cualquier hecho puede influir en las sucesivas generaciones y las sucesivas generaciones pueden ir modificando cualquier hecho, en cómo va cambiando nuestra percepción, mientras la globalización nos va cambiando a nosotros, nos va homogeneizando y nos va desubicando, verdad y simulacro en una hiperrealidad[5] reciente y relativa donde el espacio y el tiempo van variando sus medidas, incluso desapareciendo, para dejar constancia de que ya no hay distancias ni realidades absolutas, de que todo está conectado, de que cualquier cosa se estira hacia lo insondable y se comprime hasta lo instantáneo.

Desde España hasta Filipinas, desde el pasado hasta el futuro, de una cultura a otra, con sus tradiciones y conocimientos, creencias y realidades, mitos, interacciones e influencias; ideas que entraron en contacto, que se declinan y derivan, que se unen y separan, nuevos vínculos para generar nuevas formas que poseen nuevos contenidos. La cultura y la historia comparecen relacionadas, retroalimentadas e influidas por las visiones de dos artistas autónomos con un proyecto conjunto, una reflexión plástica y conceptual del creador estadounidense de origen filipino Gutiérrez y del mallorquín Pinya. Una propuesta que orbita alrededor de la tumultuosa historia colonial entre España y Filipinas, confrontando las diferentes visiones de sus dos autores, inducidos por sus respectivas herencias y condicionados por su propio, personal e intransferible tamiz, recreando de nuevo aquella situación y tratando de construir un mundo lleno de nuevas realidades. Ambos parten de la conquista colonial, de lo que saben, de lo que piensan, de lo que les han contado, de cómo lo visualizan, de sus respectivas posiciones nacionales, mientras se desvían de los tópicos y de lo comúnmente aceptado, invirtiendo la subyugación, refundiendo y redefiniendo los acontecimientos importantes, los seminales y las anécdotas, enturbiando cronologías, quebrando trayectorias, introduciendo las catástrofes naturales y el temor bíblico, lo sobrenatural y las fuerzas celestiales, los marcianos y el garrote vil, soldados, curas, guerreros, dioses, vírgenes y nativos, armas, barcos, vísceras y sangre, y violencia, claro. Una historia tan vieja como la vida misma, una historia de conquistadores, pero también de conquistados. 

Un acercamiento multidisciplinar que pone su énfasis en la censura del sistema,§D en la desaparición y en el ocultamiento, en cómo la historia se escribe a base de borraduras y convenciones, mientras los artistas van solapando sus ideas y muchas capas de pintura, uno sobre otro y viceversa, creando un símil con aquella información que fue sepultada por interés, que fue obviada por las manipulaciones y el paso del tiempo, una pintura que toma la forma de una voluta enrollada sobre si misma en un códice que despliega una narrativa reubicada y reestablecida pero de escala ambiciosa, de formas orgánicas y dimensiones épicas, una reinterpretación de la historia que complica la sencilla progresión cronológica entre pasado, presente y futuro, para tratar de describir una experiencia más indeterminada, más personal, a la vez que los artistas implicados entran en colusión con el acontecimiento concreto, con las entrañas de un instante decisivo y crítico, único, irrepetible e irreversible, como si, de repente, nos encontrásemos en la escena de un crimen con un cuchillo ensangrentado en nuestras manos, con un pincel bañado en pintura roja, lo que ocurra después, en parte pero sólo en parte, depende de todos y cada uno de nosotros.[6]

§3- Espacios (los no lugares como metáfora del colapso)

Ya no hay análisis social que pueda prescindir de los individuos, ni análisis de los individuos que pueda ignorar los espacios por donde ellos transitan[7]

Idea era el nombre de una discoteca que no llegó a culminarse, una estructura que empezó a construirse en 1987 pero que nunca se finalizó, un esqueleto que formó parte del paisaje del pueblo ibicenco de Sant Antoni de Portmany durante veinticuatro años, hasta que, en abril de 2011, el Ayuntamiento obtuvo los permisos suficientes para demoler la estructura y convertir aquel solar en un aparcamiento. Irene de Andrés tiene una gran habilidad para manejar los significantes y los significados, para desarrollar conceptos y contar historias. En este proyecto titulado Idea. Donde nada ocurre§, relata, a través de fotografías, maquetas, noticias de prensa y objetos simbólicos, la vida de un peculiar espacio que no llegó a convertirse en el lugar de ocio que pretendía,§A de una Idea que, como tantas otras, no consiguió materializarse. Un lugar que terminó transformándose en un resto arqueológico de la modernidad que rinde un triste homenaje a la utopía frustrada del turismo de masas, un desecho de la especulación inmobiliaria y económica que ha herido el paisaje de nuestras islas y, por extensión, de toda la costa española, un símbolo más de esa Ibiza postiza que todavía se mantiene gracias a las expectativas que provoca el desenfreno, la noche, las macro-discotecas, los dj’s de éxito, la música, la fiesta, la playa y el sexo.

Quizás haya un nuevo concepto de ruina, quizás las estructuras como ésta sean los despojos de una civilización y de un sistema§D que, como tal, esté comenzando a agonizar o, al menos, a cambiar de forma de manera esencial. Una construcción que ha pasado a ser el objeto de estudio de una nueva arqueología contemporánea, de una ciencia reciente que se dedica a investigar los vestigios de un modo de ver y de hacer las cosas que ha entrado en crisis, que parece que empezó a desaparecer, o tal vez no, quizás lo que esté haciendo realmente, como el virus resistente que es, sea mutar, sea cambiar su aspecto para volver a contagiarnos con la misma enfermedad que padecíamos pero en una nueva variedad. Un no-lugar, una gran nada donde no sucede nada pero que fue visible durante muchos años, una estructura sin función pero con un enorme valor simbólico y narrativo que transmite un importante flujo de datos,§B una información que la artista detecta, lee y se empeña en transmitirnos: una singular forma de vacunarnos contra epidemias futuras, un efectivo antídoto contra errores de un pasado que es reciente y una metáfora evidente del colapso absoluto en el que andamos sumidos. Así es Idea, un lugar donde nada ocurre.

§4- Hipervínculos (sistemas <-> flujos  <-> espacios)

Es obvio que esta pérdida de la orientación, esta no-situación, va a anunciar una profunda crisis que afectará a la sociedad y por lo tanto a la democracia. La dictadura de la velocidad al límite chocará cada vez más con la democracia representativa[8]

Mar Negro, un espacio vacío§A y un suelo de parquet, un parquet realizado con cientos de tablillas provenientes de las pateras que se almacenan en un cementerio de barcos de Cádiz, un suelo de madera construido a base de los sueños de miles de personas, una tarima instalada sobre las vidas de muchos seres humanos, unos individuos pisoteados por los habitantes de un primer mundo sin escrúpulos, unos inmigrantes cuyas ilusiones nacieron y murieron en el Mediterráneo. Un final para una exposición que, como este texto hipervinculado, también es un principio, un principio de tantas otras cosas que irán surgiendo desde aquí, multiplicándose exponencialmente y derivando hacia lo insondable. Es Pain es el proyecto que Carlos Aires§ presentó para este ciclo, una serie de obras que abarcan la instalación, la fotografía, el vídeo, la escultura, y que exploran diferentes temáticas en torno a la identidad actual de nuestro país, alrededor de la cultura occidental y de sus relaciones, de sus vínculos y de sus hipervínculos.

Carlos Aires habla de España pero también habla de occidente, habla de este primer mundo que creíamos superlativo, todopoderoso, pero que ha resultado no serlo, habla de historia, de culturas y de tradiciones, habla de verdades y de mentiras, habla del mundo y de la sociedad contemporánea, habla de todo empezando por él mismo. Long Play es una serie de fotografías antiguas de prensa, del archivo ABC, intervenidas en dorado mediante la trascripción de letras de canciones famosas, un juego de contrastes que deja en evidencia los desajustes del sistema,§D las fricciones que se dan entre las diferentes realidades. También comparece uno de sus vinilos recortados en forma de altar profano donde se recogen los iconos que conforman nuestro país, referencias pasadas, presentes y quizás futuras: fútbol, nacionalidades, folklore y religión. Una primera parte del recorrido expositivo que se culmina con un crucifijo múltiple, un recuerdo de lo que fuimos y una expresión de lo que somos, de lo que creemos que somos y de lo que los demás piensan que somos.

En occidente todo parecía perfecto, nuestra capacidad de seducción era enorme y nuestras posibilidades infinitas, vivir en el primer mundo era lo más cerca que se podía estar del paraíso. In the Glass Darkly son ochocientas fotografías de personas sonriendo o riendo, retratos que provienen de periódicos, de revistas y de webs, coleccionados durante años, escaneados, reeditados e impresos de nuevo en blanco y negro, finalmente enmarcados y expuestos en forma de pasillo que rodea e inquieta al espectador. Un reflejo especular de la imagen que desde el primer mundo queríamos vender de nosotros mismos: la tierra prometida, la tierra de la felicidad, el reclamo perfecto para ese flujo continuo de inmigrantes que carecían de ella,§B un espejismo sobre cristal oscuro de un planeta construido en cartón-piedra, y que, ahora, se está desmoronando.



[1] Jorge Luis Borges, “El Aleph”, Narraciones, Salvat Editores, Estella, Navarra, 1971 (1ª ed. 1949)
[2] Arnhem Neusüss, Utopía, Barral Editores, Barcelona, 1971, p. 34
[3] No pienso de la misma forma que solía pensar. Mi mente espera ahora absorber información de la manera en que la distribuye la Web: en un flujo veloz de partículas. En el pasado fui un buzo en un mar de palabras. Ahora me deslizo por la superficie como un tipo sobre una moto acuática. Nicholas Carr, Superficiales ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, Madrid, Taurus, 2011
[4] Gillo Dorfles, Falsificaciones y fetiches, Ediciones Sequitur, Madrid, 2010, p. 16-7
[5] La simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro, Editorial Kairós, Barcelona, 1978, p. 5
[6] Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente y precisamente ahora. Siglos de siglos y solo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí. Jorge Luis Borges, “El jardín de senderos que se bifurcan”, Narraciones, Salvat Editores, Estella, Navarra, 1971 (1ª ed. 1941), p. 96
[7] Marc Augé, Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, Barcelona, Gedisa, 2008
[8] Paul Virilio, “Velocidad e información. ¡Alarma en el ciberespacio!”, Le monde diplomatique, París, agosto, 1995

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